
Contratar un servicio de guardamuebles es una excelente opción cuando necesitas almacenar muebles de forma temporal o prolongada. Ya sea por una mudanza, una reforma o simplemente por falta de espacio, este servicio permite liberar tu hogar sin renunciar a la seguridad y protección de tus pertenencias. Sin embargo, antes de confiar tus muebles a cualquier empresa, es fundamental revisar detenidamente el contrato de guardamuebles. Este documento establece los derechos y obligaciones de ambas partes y debe ofrecerte total claridad y garantías.
Datos completos de la empresa y del cliente
El primer aspecto que debes verificar es que el contrato de guardamuebles incluya correctamente los datos de ambas partes. La empresa debe estar debidamente identificada con su razón social, CIF, domicilio fiscal y medios de contacto. Del mismo modo, deben figurar tus datos personales como titular del contrato. Este punto es fundamental para que el documento tenga validez legal en caso de reclamaciones por pérdida o deterioro de tus muebles almacenados.
Descripción exacta del servicio contratado
Una de las claves para evitar malentendidos es que el contrato detalle exactamente qué incluye el servicio de guardamuebles . Aquí debe especificarse el tipo de espacio que vas a utilizar, si es un box individual, compartido o un módulo dentro de una nave. También debe quedar claro si el contrato incluye recogida en domicilio, embalaje, transporte desde localidades como Sotogrande o San Roque, Algeciras o si se contrata solo el espacio de almacenaje. Cuanto más específica sea esta sección, mayor seguridad jurídica tendrás.
Duración del contrato y condiciones de cancelación
Es habitual que los servicios de almacenaje de muebles se contraten por meses renovables. El contrato debe indicar claramente la duración mínima, si se renueva de forma automática y qué condiciones aplican en caso de cancelación anticipada. Algunas empresas aplican penalizaciones por baja antes de tiempo, otras permiten mayor flexibilidad. Este apartado es clave si solo necesitas un guardamuebles durante una reforma o una mudanza puntual.
Precio, forma de pago y posibles costes adicionales
Revisar el precio total del servicio es imprescindible. El contrato de guardamuebles debe especificar el importe mensual, si incluye IVA, y la forma de pago acordada. Además, conviene comprobar si existen cargos extra por servicios adicionales como embalaje, recogida a domicilio.
Una empresa transparente siempre detalla los costes y no oculta ninguna condición económica en letra pequeña
Seguro incluido y responsabilidad ante daños
La seguridad es uno de los aspectos más valorados en cualquier servicio de trastero o guardamuebles. Por eso, el contrato debe indicar si incluye un seguro para cubrir daños, robos, incendios o inundaciones.
También debe reflejar el valor máximo cubierto por ese seguro y los pasos a seguir en caso de siniestro. Si el seguro es opcional o limitado, es importante que lo sepas desde el inicio para decidir si contratar una cobertura extra que proteja adecuadamente tus pertenencias.
Acceso al guardamuebles y condiciones de uso
Algunas empresas permiten al cliente acceder a su espacio bajo cita previa, mientras que otras restringen completamente el acceso por motivos de seguridad. El contrato debe aclarar si puedes acceder a tus muebles, con qué frecuencia, en qué horarios y bajo qué condiciones. Esta información es especialmente útil si necesitas recoger algo puntual durante el tiempo que dure el almacenamiento.
Inventario, estado de los bienes y firma
Un contrato de guardamuebles serio debe incluir o acompañarse de un inventario detallado de los muebles y objetos almacenados. Si la empresa se encarga del embalaje, también debe registrar el estado de cada objeto al momento de guardarlo. Esto permite una gestión profesional y facilita cualquier reclamación en caso de daño o pérdida. Por supuesto, el contrato debe estar firmado por ambas partes, con copia para el cliente, y redactado de forma clara y comprensible.
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